¿Quién no ha estado alguna vez tranquilamente y de repente como una flecha lo ha atravesado un mal recuerdo?
Quizás una día que dijiste o hiciste algo inapropiado, quizás una noche que bebiste demasiado, quizás fuiste un estúpido y no supiste reaccionar a tiempo.
Un mal recuerdo puede atravesarte en cualquier momento, puede atraerlo cualquier cosa, una frase, un aroma, y cuando te atraviesa, sudor frío, querer huir, morderse los labios, sentir vergüenza, enfadarse con uno mismo, negar con la cabeza. Quizás no sea para tanto, quizás nadie se diera cuenta, pero no, no te engañes, es tal y como lo recuerdas, puede incluso que peor.