Referencia al famoso caballo del libro de Miguel de Cervantes Don Quijote de la Mancha el autor de la obra fue incapaz de poner dicho título, pues como si de Don Quijote se tratara "cuatro días se le pasaron en imaginar que nombre le pondría... y así después de muchos nombres que formó borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante".
Sin embargo, a diferencia del ingenioso hidalgo, Linares fue incapaz de dar con el título para la obra. Tuvo que venir Diego Ruiz del Arbol con o sin conocimiento de la historia, a sacarlo del apuro. Una vez citado el título, no existió un título mejor.